Ser líder o facilitador de un ICONOgrupo no es simplemente una tarea organizativa o un rol funcional en la iglesia. Es un llamado, una oportunidad de participar activamente en la misión de Dios a través del servicio, la comunidad y la transformación espiritual. Aquí te compartimos cinco motivaciones fundamentales que deben guiar tu corazón al facilitar un ICONOgrupo:
1. Servir a Cristo y su Iglesia
Facilitar un grupo pequeño no se trata de protagonismo ni de «ocupar un lugar privilegiado», sino de una expresión de amor a Jesús y a su cuerpo, la Iglesia. Servimos porque Él nos sirvió primero. Cada vez que abrimos nuestras puertas o dirigimos una conversación espiritual, lo hacemos como un acto de adoración. Jesús dijo: «El que quiera ser el primero, que sea el servidor de todos» (Marcos 9:35). Servir en un grupo pequeño es seguir su ejemplo y extender su amor tangible a otros.
2. Dar fruto
La vida cristiana está diseñada para dar fruto —espiritual, relacional y misional. Facilitar un grupo crea el espacio donde ese fruto puede crecer: en corazones transformados, relaciones restauradas y personas movilizadas hacia la misión. Jesús dijo: “Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto y muestran así que son mis discípulos” (Juan 15:8). Tu liderazgo es la manera de dar fruto en tu propia vida, y puede ser un canal para que otros florezcan en su caminar con Dios. Facilitamos porque queremos «dar mucho fruto».

3. Cuidar (pastorear) a otros
Dios no nos llama a liderar desde la distancia, sino a cuidar con cercanía y compasión. Ser facilitador es asumir un rol pastoral: caminar con otros, orar por ellos, animarlos en sus luchas y celebrar sus victorias. Pablo escribió: “Nos tratamos con ternura, como una madre que cuida con cariño a sus hijos” (1 Tesalonicenses 2:7). Este cuidado profundo y personal marca la diferencia en una cultura que a menudo deja a las personas solas. Facilitamos porque nos cargan los demás, y queremos ofrecer cuidado.
4. Ser ejemplo dentro del cuerpo
Los ICONOgrupos son una plataforma ideal para modelar una vida cristiana auténtica. No se trata de perfección, sino de coherencia, humildad y crecimiento visible. Tu manera de vivir, escuchar, perdonar y servir puede inspirar a otros a seguir a Cristo más de cerca. Pablo exhorta: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1). Cuando lideras con integridad, estás formando discípulos con tu vida.
5. Usar tus dones para la misión
Dios te ha dado dones específicos (habilidades regaladas) no solo para tu crecimiento, sino para edificar a otros y avanzar en su misión en el mundo. Facilitar un ICONOgrupo es una forma concreta de activar esos dones —ya sea enseñanza, hospitalidad, liderazgo, o aliento. Como dijo el pastor Rick Warren: “No eres responsable de los dones que no tienes. Solo eres responsable de usar los dones que sí tienes.” (cf. Romanos 12:6). No escondas tu talento; ponlo al servicio del Reino.
Facilitar un ICONOgrupo es más que una tarea: es una oportunidad santa. Facilita y lidera con estas motivaciones y deja que Dios traiga los resultados en tu propia vida y en la de los demás. Si todo esto te motiva, y aún no lo estás haciendo, empieza a facilitar un grupo rellenando este formulario AQUÍ.