Más allá de la comodidad
Es natural que, cuando un grupo funciona bien, disfrutemos de la confianza, las risas y la cercanía que se han creado. Pero si nos quedamos solo en la comodidad de “nuestro” grupo, perdemos de vista la misión para la cual existe: multiplicarse para dar vida a otros grupos. La esencia de los grupos pequeños no es la permanencia, sino la expansión.
Piensa en esto: un día, hace tiempo, algún grupo se multiplicó para que tu tuvieses tu lugar.
Discipulado que se replica
El discipulado en el camino de Jesús siempre ha sido multiplicador. Jesús invirtió en unos pocos, y esos pocos levantaron a otros. Así es como el evangelio se extendió. Ser discípulo significa replicarse en otros, acompañar a otros para que ellos también acompañen.
Una mentalidad multiplicadora en los que facilitan implica liderar el ICONOgrupo pensando «¿Quién podría facilitar-liderar de los que están en este grupo?». Piensa a quién puedes enseñar y llamar a facilitar.
Una mentalidad de Misión
Tener visión de multiplicación implica elegir una mentalidad de misión por encima de una mentalidad de comodidad. No se trata de perder a personas valiosas, sino de enviar discípulos listos para dar fruto en nuevos espacios. Es cambiar la pregunta de “¿cómo mantenemos unido nuestro grupo?” a “¿cómo preparamos a este grupo para dar a luz a otro?”.
Identificar y formar aprendices
Un facilitador con mentalidad de multiplicación siempre está atento a posibles aprendices. Busca en su grupo personas que muestren disposición (se les ve pasión por la vida del grupo), carácter (muestran evidencia de que siguen a Jesús y están creciendo) y pasión por los demás (se les ve interesados en la vida de los demás en el grupo). No esperes a que alguien se ofrezca: invítales, dales oportunidades y camina con ellos en el proceso. La multiplicación comienza levantando a otros facilitadores.
Hablar de multiplicación con frecuencia
La disposición a la multiplicación no es natural en las personas. No nos gustan los cambios. Para que se convierta en algo natural en nosotros, tenemos que mencionarlo.
La visión no puede ser un tema ocasional. Hablar frecuentemente de la multiplicación ayuda al grupo a abrazar este propósito como algo natural. Si lo mencionamos con claridad y constancia, nadie se sorprenderá cuando llegue el momento de enviar a algunos para iniciar algo nuevo.
Celebrar los nuevos nacimientos
Cuando un grupo se multiplica, no es una pérdida, es un nacimiento. Y los nacimientos se celebran. Alégrate y alegra al grupo cada vez que la iglesia planta un nuevo grupo. Reconoce públicamente la fe, la valentía y la obediencia de los que parten. Que todos lo vivan como una fiesta, no como una despedida triste.
El Fruto de una Visión Multiplicadora
Un grupo que multiplica no desaparece, se expande. Cada nuevo grupo significa más personas alcanzadas, más discípulos formados, más vidas transformadas. Esa es la verdadera victoria: no quedarnos cómodos en un círculo cerrado, sino abrir camino para que otros también encuentren su lugar en el Reino.
Llamado a la Acción
Para dar un paso hacia la multiplicación esta semana, reflexiona en estas preguntas:
¿A quién de tu grupo podrías invitar a caminar como aprendiz de facilitador?
¿Cómo puedes hablar esta semana con tu grupo acerca de la visión de multiplicación?
¿Qué formas creativas podéis preparar para celebrar cuando nazca un nuevo grupo?